Monumentos

Este conjunto monumental, primera sede de la Orden de los Carmelitas en la Península Ibérica, fue erigido en el período gótico por los caballeros hospitalarios.

El tiempo se ha encargado de borrar en la piedra el recuerdo de su estilo original (tan sólo algunos elementos arquitectónicos en las capillas del interior se han conservado) y otros gustos artísticos se fueron sumando en los siglos posteriores, en especial el renascentista, patente en el pórtico de mármol.

En el interior merecen ser visitadas sobre todo las capillas laterales: en la primera del lado derecho, dedicada a Santa Ana, destaca un pórtico del Renacimiento, y la cuarta capilla del mismo lado, la bóveda cruzada de nervaturas está revestida por azulejos policromos que van formando un precioso dibujo. En el lado izquierdo, la primera capilla, dedicada a S. Martín tiene el techo revestido de azulejos amarillos y azules.

El pórtico de mármol del Renacimiento está rematado por las armas del arzobispo de Braga, D. Baltasar Limpo, prelado natural de Moura, quien la mandó edificar.

En el pavimento de la iglesia encontraremos varias lápidas de sepulturas, y en una de ellas aparece esta curiosa inscrición: "Aqui yace João de Abril, que se murió por reír".