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El equilibrio entre furia y delicadeza, el vértigo del abismo y la eterna suspensión de las canciones marcadas allí ya ha sufrido tantas mutaciones que ha llegado a este quinteto de Florida como un mero vestigio de una música arrugada, despojada de los rasgos más esenciales y expulsada con la convicción de quienes las viven intensamente y ahora.

'Deep Sage', el tercer álbum de la banda, publicado el año pasado por Deathwish Inc. tras una pausa de casi cinco años, continúa en la línea de 'Burnt Sugar' de 2018, pero traduce mejor esa misma creencia en las canciones a través de arreglos más incisivos y una mayor dinámica, capaz de liberar bocanadas de ruido, nuevas revelaciones.